Mastólogo
Pruebas diagnósticas clave:
Mamografía digital: Principal estudio de tamizaje en mujeres mayores de 40 años o en función de antecedentes familiares. Permite detectar microcalcificaciones, asimetrías y otras anomalías en estadios muy tempranos.
Ecografía mamaria: Complementaria a la mamografía, especialmente útil en pacientes jóvenes (tejido mamario denso) o para diferenciar lesiones sólidas de quísticas. Facilita también la guía para biopsias percutáneas mediante agujas de calibre fino o core needle.
Resonancia magnética de mama (RM): Indicada en pacientes de alto riesgo (antecedentes genéticos, mutaciones BRCA), en casos de carcinoma ductal in situ de alto grado o para evaluar extensión multicéntrica antes de planificar cirugía conservadora o mastectomía.
Biopsia de mama: Realizada con aguja fina (PAAF) o con aguja gruesa (biopsia core) bajo guía ecográfica o estereotáctica, es fundamental para obtener diagnóstico histológico preciso y planificar el tratamiento.
Tratamientos habituales:
Cirugía conservadora de la mama (tumorectomía/quadrantectomía): Extirpación del tumor con márgenes de seguridad, seguida de revisión anatomo-patológica. En muchos casos, se complementa con radioterapia postoperatoria.
Mastectomía: Indicada en tumores extensos, multicéntricos o cuando existe predisposición genética alta. Puede acompañarse de reconstrucción mamaria en una cirugía diferida o simultánea.
Linfadenectomía o biopsia del ganglio centinela: Evaluación del estado axilar para estadificar el cáncer de mama y determinar necesidad de tratamiento adyuvante.
Coordinación con oncología y radioterapia: Una vez confirmado el diagnóstico de cáncer de mama, el mastólogo forma parte del equipo multidisciplinario (oncólogo médico, radioterapeuta, patólogo, radiólogo intervencionista, psicólogo, genetista). De esta forma, se decide si aplicar quimioterapia neoadyuvante, terapias hormonales (antiestrogénicos) o tratamientos biológicos (anticuerpos monoclonales) antes o después de la cirugía.
Prevención y seguimiento:
Autoexamen y educación al paciente: Enseña a la paciente (o al hombre, en casos de patología mamaria masculina) a realizar autoexamen mensual entre el quinto y décimo día del ciclo menstrual para detectar cambios tempranos.
Programas de tamizaje: Recomienda mamografías de rutina cada uno o dos años a partir de los 40 años (o antes, si hay antecedentes familiares o mutaciones genéticas), y ecografía complementaria en caso de mamas densas.
Consejería genética: Cuando existe historia familiar de cáncer de mama o cáncer de ovario (especialmente si aparecen antes de los 50 años), deriva a asesoramiento genético para estudio de mutaciones (BRCA1, BRCA2 u otros síndromes hereditarios) y definir estrategias preventivas.
Seguimiento postratamiento: Después de una intervención por cáncer de mama, establece controles periódicos (clínicos e imagenológicos) cada 6 meses o según protocolo oncológico, vigilando recidivas locales y efectos adversos de la terapia (linfedema, alteraciones en la calidad de vida, impacto psicológico).